martes, 28 de diciembre de 2010

Aventurero Busca Mazmorra

El pulcramente ornamentado coche de caballos se acerco al puesto donde colgaban unos toscos dibujos que debían de imitar, sin mucho exito que digamos, ciertos tipos de comida que si ya parecia de dudosa salubridaden el dibujo os expensare mis señores de describiros la calidad de esta.

-Si, buen siervo dadme dos números 6, un 4 y dos cubos de agua para los caballos-
-Mu bien mi honorabi. . .bilis. . .mi señó, usara usia del descuento pa´ señores-
-Así es idiota y que sea rápido-
-Mu bien mi señor. . .seran. . .na pa usté, espere que llega raudo su comia, y que disfrute de la comida de McClunnigans la mejó comia rápida de tol este de Barad Knur-.

Tras decir esto el paleto salio corriendo hacia el puesto de la cocina, en el cual mientras los demas trabajaban, yo estaba tumbado en un rincon, como normalmente estaba, pensando en aquellos tiempos hace no mucho, cuando mi trabajo consistia en matar a los monstruos que la sociedad temia a cambio de sustento.

El paleto se paró delante mia, me incorpore e incline la cabeza abajo mientras el hacia lo propio hacia arriba y me miraba directamente a la cara con una mueca de asco, pues mi anterior negocio no estaba extento de sus "pequeñas cosas" tales como cicatrices.

Tu el señor ha pedio dos numeros 6 y un 4 y ains si dos cubos d´agua y rapidio vago, que ereh un vago.

Gruñí mientras metia la mano en los revoltijos de mugrientos ingredientes que solo sabe dios de donde lo sacaba aquella gente, comence a preparar aquellos amasijos de manera mecánica tal como en otro tiempo había hecho con la espada, al acabar, rellene dos cubos de agua y con ayuda del paleto hicimos el viaje hasta el estacionamiento del señor.

Al llegar intente con poco acierto colocar la gran sonrisa que se esperaba de mi al tratar con los clientes, claro que probablemente este no haría más que deformar el ya por si grotesco rostros cubierto de diversas cicatrices. al enseñar la comida el señor frunció visiblemente el ceño tras lo cual dijo.

-Dime monstruo grostesco, ¿esta es mi comida?, ¿esperas enserio que me coma esta bazofia?-
Mi orgullo henchido pese a todo contesto sin inmutarse -Si señor mio, así es la comida que preparamos y disculpeme indicarle que pese a mis cicatrices humano soy, pués monstruos son los que yo antes daba caza, los cuales dudo que su señoria haya visto alguna vez.-

Tras esta afirmación y henchido por la rabia, el señor agarro un gran vara y raudo, cual hombre con practica en tales menesteres, lanzo un veloz golpe hacia mi costado que me hizo maldecir y jadear de dolor.

-¡Como osas!, maldita escoria, vete de mi vista antes de que te haga añicos- luego dirigiendose hacia el paleto dijo: Le sea quitado a este insolente su empleo pués si no es así hecho la ira de nos Lord Harringumpt IV señor de las tierras altas de la meseta Occidental de la comarca de Bonstronia, caera sobre vosotros cual castigo divino de nuestro señor-

Tras ello, el paleto disculpandose ampliamente, me llevo afuera, me dijo muy finamente que no volviera mañana, que era un inepto, idiota integral, hijo de madre de vida alegre, y cuentas maldiciones quieran inventarse ustedes más, a lo cual yo respondí muy finamente con un puñetazo en la cara del reo que acabo durmiendo cual angelito, solo que sangrando por la nariz.

Volví a mi vieja choza, repose en una desvencijada silla de cedro mientras veía colgada en la pared mi espada y tras un rato de reflexión y amparado por la oscuridad de la noche puse en marcha un "astuto" y desesperado plan. . . .

Por toda la ciudad quedaron colgados carteles en los que así rezaba:

Aventurero busca Mazmorra, Monstruo o bicho vario a matar o lo que se ofrezca.
Tarifas Asequibles y negociables
Para contactar deje una nota en el cartel o dirija sus pasos a la cuarta choza a la izquierda saliendo por la entrada este de la ciudad.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El caminante del frio desierto

Derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha. . .

El individuo caminaba entre las dunas, vagabundo de un basto mar, el viento formaba olas entre estas, la arena fría golpeaba al hombre en el torso, arena fría como la noche discernible en un cielo iluminado por un millón y una estrellas. Sin guía ni ayuda seguía caminando.

Derecha, izquierda, derecha,izquierda.

Caí, caí de nuevo, la arena se cuela de nuevo entre las cicatrices, me voltee para mirar a las estrellas, intente alce la mano, pero no las podía alcanzar. . . ¿Cuándo alcanzare la estrellas?. Entonces la voz volvió para susurrar me de nuevo, para atormentarme en aquella fría noche entre la arena de hielo.

-Nunca las alcanzaras-.

Entonces las estrellas se movieron, una a una formaron la silueta de una hermosa mujer, un rostro pulcro, de facciones esbeltas y finas, con el pelo largo y suelto que parecía moverse al viento.

Como siempre me quede embobado mirándola, intente alzarme, hacia el cielo, hacia las estrellas de bella forma colocadas, pero, las piernas me fallaron y volví a caer, ¡Zorras!, les grite con poca suerte mientras saboreaba la helada arena, volví a voltear me solo para verla sonriendo.

-Oh pobre, ¿Cuándo comprenderas que las estrellas no son para ti?, mirate, ¿acaso las cicatrices marcadas en este camino no te han enseñado nada?-

-No- dije tan seco como la arena en la que tumbado me hallaba

-Oh por favor, miradlo, ahí posa gallardo, puedes decir lo que desees, pero solo yo, se lo que se oculta bajo esa armadura que tu mismo insistes en cargar, yo ¡conozco! el corazón que se oculta bajo esa fría negación-.

La voz era como el dulce sonido de la suave llovizna en los caminos, el susurro del viento, el mar tranquilo y en calma, el canto de la sirena, la voz de un ángel

La imagen se hizo cada vez más nítida, los cuerpos celestes se conglomeraban mientras adquirían colores, una tras otra, casi a pinceladas, sobre las estrellas se comenzó a pintar, un rostro pálido pero humano, sonrosado, de ojos formados del azul del mar, y los cabellos azabaches y tan brillantes como las estrellas que los componían.

-¿Por qué?. . .¿Por qué no puedo estar contigo? Sabes. . . te deseo, deseo acariciar tu cara blanca y perfecta, deseo pasar la mano por tus brillantes y seguro sedosos cabellos azabaches, deseo besar tus labios.-

Ella apenas cambio su expresión, tan solo lo suficiente como para notar, compasión, se compadecía.

-No es este tu destino. . .no es tu destino salir victorioso, pues no es esta una historia épica, ni tu eres el gran héroe que se alzara victorioso hacia mi cielo estrellado, así pues, vuelvete por donde viniste parodia heroica, vuelve y no vuelvas a buscarme, pues no me encontraras.-

-Me niego, si no llego hasta ti prefiero la muerte.-

-Así sea, te previne y tu no me hiciste caso, te di la oportunidad de salvarte y no la tomaste, muere pues, en el más inmenso de los inviernos y en la más fría de las noches.-

Y tras estas palabras la figura se desvaneció, las estrellas y cuerpos celestes volvieron con una bella y precisa danza a sus sitios, y la fría arena se transformo en hielo, quedaron del frió las dunas congeladas y quietas al fin las mismas que antes se mecían y movían, la arena se convirtió en esquirlas de hielo que volvieron a abrir las viejas cicatrices, cayó la sangre en el hielo, formando gotas de color carmesí.

Intente levantarme pero no podía, cerré los ojos un instante, un instante eterno. . .